Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1876-1877 (Cortes de 1876 a 1879)
Sesión: 3 de abril de 1876
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 34, 629-630
Tema: Autorización para emplear los Diputados militares

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra

Muchos Sres. Diputados: A votar, a votar.

El Sr. PRESIDENTE: ¿Para qué ha pedido la palabra el Sr. Sagasta?

El Sr. SAGASTA: Para una alusión personal, y será muy breve, porque es una cuestión en la cual no quisiera entrar, porque es una cuestión bochornosa para el Congreso y para las personas que se quiere favorecer, a favor de las cuales se quiere establecer un privilegio. Hasta tal punto me parece esto verdad, que la discusión en que estamos, la que pueda haber en la comisión si esta comunicación pasa a las selecciones, y la que haya después en el Congreso, será estéril e inútil, pues creo que la excepción no será aceptada por las mismas personas que por ellas sean favorecidas. No lo será. Cuando a un militar se le pone en la alternativa?

El Sr. PRESIDENTE: Ruego al Sr. Sagasta, que ni es militar ni es de esas personas a quienes se está refiriendo, que se contraiga a la alusión.

El Sr. SAGASTA: Precisamente he sido aludido, porque dije que el nombramiento para cargos militares no ofrece hoy peligros, y voy a demostrar que no ofreciendo peligros, no pueden los militares aceptar esa excepción que se quiere introducir en su favor.

Cuando a un militar se le pone en la alternativa de optar entre el cargo de Diputado y el peligro, ¿qué otra cosa puede hacer que aceptar el peligro?...

El Sr. PRESIDENTE: Vuelvo a rogar al Sr. Sagasta que tenga presente que ha pedido la palabra para una alusión personal.

El Sr. SAGASTA: Creía que estaba en ella, porque me ha aludido por el Sr. Ministros de la Gobernación y por el Sr. Jiménez Palacios en ese concepto, cuando yo les interrumpía diciendo que no había peligros en los cargos militares, y voy a concluir respecto de este punto, diciendo que no ofreciendo hoy los cargos militares más peligro que el que tienen los Obispos en sus diócesis, que no tratándose de correr peligros, sino de las incompatibilidades marcadas para todos los Diputados, y tengo la seguridad de que si eso se llevara a cabo?

El Sr. PRESIDENTE: Eso lo dirá S. S. el día que se discuta la proposición con arreglo al Reglamento.

El Sr. SAGASTA: Era contestar a la alusión del Sr. Jiménez Palacios, y ahora voy a contestar al señor Ministro de la Gobernación, que deseaba que yo entrara en el debate, en el cual yo no quería entrar, porque me parece irregular y estéril, S. S. ha citado hechos de la época en que yo era Gobierno. ¿Estoy en la alusión, señor Presidente?

El Sr. PRESIDENTE: Ahora sí.

El Sr. SAGASTA: No hay precedentes ni en las épocas en que yo he sido Gobierno, ni en las que he dejado de serlo, de esto. El precedente del año 54 no tiene nada que ver con lo que ahora se discute, porque se trataba de unas Cortes Constituyentes, en aquellos momentos, en aquellos instantes soberanas, para hacer lo que tuvieran por conveniente: eran la única soberanía. Aparte de esto, lo hicieron como podían hacerlo: presentando un proyecto de ley. El Gobierno trajo a las Cortes un proyecto de ley estableciendo la excepción para ese caso de la incompatibilidad. Aquí lo tengo: dice así:

PROYECTO DE LEY

Articulo único. Se autoriza al Ministros de Gracia y Justicia para que, no obstante lo dispuesto en la ley de incompatibilidades, pueda proponer a S. M. la Reina el nombramiento de D. Claudio Antón de Luzuriaga, Diputado por la provincia de Logroño, para la plaza de presidente del Tribunal Supremo de Justicia.

Madrid 5 de octubre de 1855. =Manuel de la Fuente Andrés."

De manera que se hizo por un proyecto de ley. Todos los demás casos son casos de guerra, y entonces no se puede negar, sin resolución del Congreso, sin más que tener en cuenta la alternativa en que se coloca el militar de optar entre el cargo de Diputado y el adquirir quizá la nota de cobarde, que el militar tiene derecho de volver a ejercer el cargo de Diputado; pero en tiempos de paz, jamás.

En el caso de las Cortes federales que ha citado el Sr. Navarro y Rodrigo, vino la cuestión por medio de una proposición de ley que fue desechada por las Cortes, y entonces había tres guerras. De modo, que no me citará el Gobierno ningún Sr. Diputado un caso semejante a éste.

Pero parte de la cuestión de fondo, hay una cuestión de forma, que no sé como se va a resolver. Yo he oído decir que se va a votar. ¿Y qué se va a votar? (Varios Sres. Diputados: Que pase a las secciones.) ¿Qué pase a las secciones? ¿Y qué va a suceder cuando se halle en las secciones? (Rumores. -Varios Sres. Diputados: Eso ya se verá) Las secciones necesitan que la proposición se halle redactada en forma de proposición de ley. (Rumores. -No, no.) ¿No conocen los Sres. Diputados que se trata de modificar una ley, y no una ley cualquiera? (Grandes rumores).

El Sr. PRESIDENTE: Eso no es contestar la alusión personal. Ruego a S. S. que se limite a ella.

El Sr. SAGASTA: Señor Presidente, se trata de la comunicación que está sobre la mesa.

El Sr. PRESIDENTE: Su señoría ha pedido la palabra para una alusión personal.

El Sr. SAGASTA: Pues si S. S. me lo permite, la pido para el asunto que se está discutiendo.

El Sr. PRESIDENTE: Para eso es preciso preguntar antes al Congreso si se declara suficientemente discutido.



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